Pese a tener solo 25 años, Paula Fuentealba lleva trabajando con productos del mar 15 años, siguiendo la tradición que inició su bisabuela. “Fui criada en la playa, en los botes, recibiendo piures, sacando y recibiendo cholgas, cociendo machas, haciendo carapachos. Siempre me gustó trabajar en este rubro, toda mi vida lo he hecho”, confiesa.
Cuenta que antiguamente, junto con su familia, vendían los productos inmediatamente una vez que los bajaban de los botes. Eso cambió hace cinco años, cuando conformaron una comercializadora de venta al detalle y al por mayor en Lo Rojas, la que se armó sin financiamiento externo y que fue bautizada como “Señora Marta”, en honor a su madre. “A ella se le ocurrió instalarnos en un local, porque había que preocuparse de la refrigeración, de la cadena de frío de los productos y cumplir con la normativa sanitaria”, explica.
Fuentealba comenta que tienen clientela en todo el país y se han ganado un prestigio porque venden sus productos frescos. Agrega que la pandemia complicó un poco el negocio, pero por fortuna no les han dejado de comprar.
Tanto es así, que requieren más equipos de refrigeración para cubrir la demanda, implementación que podrán adquirir utilizando los recursos del fondo concursable de Enel. “Es una gran ayuda para nosotros. Acá trabaja mi papá, también nos ayudan mis hermanos. Además, damos empleo a cuatro personas, porque en este momento la gente lo necesita y tratamos de ayudar de una u otra forma”.